sábado, 21 de noviembre de 2009

Amado ser

Por Paola Tatiana Gómez Torres 906.
Esta es la historia de un observador apasionado, quien espera la hora en que su ser amado llegue y se asome por la ventana. Yo sólo te miro sin esperar un beso, aunque me moriría por uno de ellos. Sólo esperaría verte para que tu rostro refleje mi alegría. Eres todo lo que tengo y lo que quiero tener.
En un día lluvioso llegaste llorando, yo sólo te veía sin esperar hacer algo. Detrás tuyo llegó una persona maltratándote sin razón. En ese entonces no pude hacer nada, pero prometí que la próxima vez iría a salvarte, porque a ti nadie te maltrata. Espero que en ese momento no me gane el temor. Por segunda vez te maltrató, no pude aguantar más y bajé tan rápido que casi caía por las escaleras, lo empujé y saqué un revólver, estaba dispuesto a herir, mas no a matar. Él se fue sin nada más que hacer. Me miraste con lágrimas en los ojos y me agradeciste. Fue el momento más feliz de mi vida. El más mágico.
Durante mucho tiempo estuviste sola. Yo sólo quería abrazarte, pero sabía que no podía. En ese momento llegó alguien con afán, desprecio y te maltrató. ¡No podía hacer nada porque estaban encerrados! Te llevó hasta la sala y te disparó cuatro veces sin piedad. Por la misma ventana que te veía venir, te veo partir. No te quedó otro remedio que irte al otro mundo. Me quedé sin nadie a quien amar, se me derrumbó la vida. Sólo te puedo decir TE AMO Y NUNCA TE OLVIDARÉ.

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